Desmayo y perdida de control de esfinteres
Me desmayé y luego me oriné
Coloca un desfibrilador externo automático (DEA) al paciente si hay uno disponible y hay alguien que pueda llevarlo. No te pongas uno tú mismo si eso significa dejar al paciente solo.
Si se siente débil, túmbese con las piernas elevadas ligeramente por encima de la cabeza. Tenga cuidado al moverse y cambie de posición muy lentamente, sobre todo cuando se mueva desde una posición tumbada o de pie
Si está embarazada, evite acostarse de espaldas, especialmente durante los últimos meses del embarazo, porque la presión del útero (matriz) en expansión sobre los vasos sanguíneos principales puede hacer que se sienta débil.
Pérdida repentina de la conciencia sin previo aviso
La pérdida repentina y transitoria de la conciencia en un individuo se conoce como síncope o desmayo. El síncope suele durar segundos o minutos y suele ir seguido de una recuperación completa. Aunque el acto del síncope puede ser aterrador, suele ser inofensivo y lo más probable es que no signifique una enfermedad grave o un problema que ponga en peligro la vida.
Para la mayoría de las personas, el síncope se produce una o dos veces en la vida; para otras, diversas afecciones médicas pueden provocar numerosos desmayos a lo largo de su vida. Toda persona que experimente un síncope debe notificarlo inmediatamente a un médico. Si se producen lesiones físicas como consecuencia del desmayo, hay que llamar al 911 y dirigirse al servicio de urgencias más cercano.
El historial médico (incluidos los medicamentos) y la edad también son importantes a la hora de determinar la causa del síncope. Las personas mayores corren un mayor riesgo de padecer afecciones y enfermedades graves que pueden provocar un síncope. Las personas con afecciones cardíacas conocidas, problemas con el alcohol o las drogas, trastornos convulsivos conocidos, diabetes o trastornos neurológicos son más propensas a sufrir desmayos.
Desmayos y temblores
Para funcionar de forma óptima, el cerebro necesita oxígeno y señales eléctricas. El oxígeno procede del corazón que bombea sangre al cerebro, mientras que las señales eléctricas proceden de las células al mover los electrolitos.
Por qué se producen: Las convulsiones se producen cuando se produce una alteración de la actividad eléctrica normal del cerebro. Se calcula que el 10% de las personas sufren un ataque no provocado a lo largo de su vida, y cuando ocurre, puede ser aterrador.
Por qué ocurre: La pérdida repentina de conciencia, o síncope, se produce cuando no hay suficiente flujo sanguíneo al cerebro, y esta experiencia es bastante común. La mitad de las personas se desmayan al menos una vez en su vida.
Efectos posteriores al desmayo
Cuando se está erguido, de pie o sentado, la sangre desciende por la influencia de la gravedad hacia las piernas. Con más sangre retenida en las piernas, menos sangre vuelve al corazón, y la cantidad de sangre que el corazón puede bombear por el cuerpo disminuye, y la presión sanguínea en la circulación comenzará a bajar.
Por lo general, el cuerpo contrarresta esta situación y trata de mantener la presión arterial, contrayendo los vasos sanguíneos de las piernas y el abdomen, y haciendo que el corazón lata más rápido. En algunas personas, estos intentos de mantener la presión arterial son ineficaces en las situaciones específicas en las que se produce la reacción de desmayo
Por lo tanto, cuando se empieza a sentir sudoración y desmayo, esto se debe a que, en lugar de contraerse, algunos vasos sanguíneos se ensanchan aún más («vaso-dilatación»), y el corazón, en lugar de acelerarse, puede ralentizarse o incluso detenerse momentáneamente. El resultado de esta respuesta defectuosa es que el corazón no puede bombear suficiente sangre al cerebro, y la falta de oxígeno que llega al cerebro hace que te desmayes. Esto se llama síncope vasovagal. (Síncope, que se pronuncia sin-co-pee, es el término griego/médico para referirse a un desmayo causado por la falta de sangre que llega al cerebro).