Cuatro pilares de la educacion unesco
Ejemplos de los 4 pilares de la educación
El Informe Delors fue un informe elaborado por la Comisión Delors en 1996. Proponía una visión integrada de la educación basada en dos conceptos clave: «aprender a lo largo de la vida» y los cuatro pilares del aprendizaje: conocer, hacer, ser y vivir juntos. No era en sí mismo un proyecto de reforma educativa, sino más bien una base para la reflexión y el debate sobre las opciones que deben tomarse al formular las políticas. El informe sostenía que las opciones sobre la educación estaban determinadas por las opciones sobre el tipo de sociedad en la que deseamos vivir. Más allá de la funcionalidad inmediata de la educación, consideraba que la formación de la persona en su totalidad era una parte esencial del propósito de la educación. El Informe Delors estaba estrechamente alineado con los principios morales e intelectuales en los que se basa la UNESCO, por lo que sus análisis y recomendaciones eran más humanistas y menos instrumentales y orientados al mercado que otros estudios de reforma educativa de la época[1][2].
El Informe Delors identificó una serie de tensiones generadas por el cambio tecnológico, económico y social. Entre ellas se encontraban las tensiones entre lo global y lo local; lo universal y lo particular; la tradición y la modernidad; lo espiritual y lo material; las consideraciones a largo y a corto plazo; la necesidad de competencia y el ideal de igualdad de oportunidades; y la expansión del conocimiento y nuestra capacidad para asimilarlo. Estas siete tensiones siguen siendo perspectivas útiles desde las que contemplar la actual dinámica de transformación social. Algunas están adquiriendo un nuevo significado, con la aparición de nuevas tensiones. Entre ellas se encuentran los modelos de crecimiento económico caracterizados por una mayor vulnerabilidad, una creciente desigualdad, un aumento del estrés ecológico y un incremento de la intolerancia y la violencia. Por último, aunque se han producido avances en materia de derechos humanos, la aplicación de las normas sigue siendo a menudo un reto[1].
Conclusión de los cuatro pilares de la educación
El Informe Delors identificó una serie de tensiones generadas por┬аtecnológica,┬аeconómica┬аy┬аsocial. Incluían tensiones entre lo global y lo local; lo universal y lo particular; la tradición y la modernidad; lo espiritual y lo material; las consideraciones a largo y a corto plazo; la necesidad de competencia y el ideal de igualdad de oportunidades; y la expansión del conocimiento y nuestra capacidad para asimilarlo. Estas siete tensiones siguen siendo perspectivas útiles desde las que contemplar la actual dinámica de transformación social. Algunas están adquiriendo un nuevo significado, con la aparición de nuevas tensiones. Entre ellas se encuentran los modelos de crecimiento económico caracterizados por una mayor vulnerabilidad, una creciente desigualdad, un aumento del estrés ecológico y un incremento de la intolerancia y la violencia. Por último, aunque se han producido avances en materia de derechos humanos, la aplicación de las normas sigue siendo a menudo un reto.
Uno de los conceptos más influyentes del Informe Delors de 1996 fue el de los cuatro pilares del aprendizaje. La educación formal, según el informe, tiende a enfatizar ciertos tipos de conocimiento en detrimento de otros que son esenciales para sostener el desarrollo humano.
Los cuatro pilares de la educación de la unesco pdf
En un contexto de rápido cambio social y tecnológico, es necesario repensar la finalidad de la educación y la organización del aprendizaje. Estos documentos e informes globales exploran las implicaciones de este panorama cambiante, tanto para las prácticas de enseñanza y aprendizaje como para los objetivos de la educación.
En Siete lecciones complejas de la educación del futuro, el autor, Edgard Morin, replantea los problemas fundamentales que se han pasado por alto o se han descuidado en la educación, y los presenta como «siete lecciones complejas» que deberían ser tratadas en una educación del futuro en todas las sociedades y en todas las culturas, según los medios y las normas adecuadas a cada una. El informe pretende estimular el debate sobre cómo la educación puede y debe actuar como una fuerza de futuro y promover una perspectiva transdisciplinar para afrontar el gran reto del desarrollo duradero.
Bajo la dirección de Jacques Delors, ex presidente de la Comisión Europea y ex ministro francés de Economía y Finanzas, Learning: El Tesoro Interior destacó la importancia de un enfoque humanista de la educación y estableció «los cuatro pilares» de la educación, a saber: aprender a ser, aprender a conocer, aprender a hacer y aprender a vivir juntos.
Reflexión sobre los cuatro pilares de la educación
Para «proporcionar simultáneamente mapas de un mundo en constante agitación y una brújula que permita a las personas encontrar su camino en él», la Comisión Delors propuso aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser como cuatro tipos fundamentales de aprendizaje. Cada uno de ellos merecía la misma atención. Y juntos debían formar un conjunto que guiara la educación a lo largo de la vida humana.
El movimiento de los bienes comunes es una estrategia sugerida para aprovechar la mutualidad, la cooperación y la acción colectiva para un mundo mejor. Presentado por David Bollier, de The Next System Project, como «a la vez un paradigma, un discurso, una ética y un conjunto de prácticas sociales», el procomún se ha considerado muy prometedor para transformar las sociedades. Lo importante aquí es lo común como lo que se comparte, lo común como lo que se hace en conjunto, y el bien común como lo que se construye y se cuida por los individuos en conjunto.
Ningún bien común existe por sí solo. Un bien común necesita ser alimentado, a veces protegido. Y si aceptamos que las habilidades y competencias «comunes» son importantes entre las que se necesitan en el presente para los futuros que queremos crear, podríamos considerar la reorientación de los «cuatro pilares» de Delors en torno a los bienes comunes. Reformular cada uno de estos pilares en relación con la creación de capacidades para las acciones de puesta en común y el fortalecimiento del bien común ofrece una brújula y un mapa muy adecuados para los retos colectivos de nuestra actual coyuntura histórica.